Estoy totalmente de acuerdo con la afirmación. Tradicionalmente, la gestión documental electrónica se ha centrado en la creación, el registro y el uso inmediato de los documentos, dejando en segundo plano la etapa de preservación digital a largo plazo. Sin embargo, esta última es esencial para garantizar la autenticidad, integridad, accesibilidad y fiabilidad de los documentos electrónicos durante todo su ciclo de vida.
Una inadecuada preservación puede tener consecuencias graves tanto para las instituciones como para la ciudadanía. Entre ellas destacan:
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Pérdida de información institucional valiosa, lo que impide reconstruir procesos administrativos o decisiones pasadas.
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Afectación de la transparencia y la rendición de cuentas, ya que sin documentos íntegros no se puede comprobar la gestión pública.
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Riesgo legal y administrativo, porque los documentos pueden perder su valor probatorio al no poder demostrar su autenticidad o no estar disponibles cuando la ley lo exige.
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Daños al patrimonio digital, al perder registros históricos o científicos que forman parte de la memoria colectiva de una organización o de un país.
Por eso, considero fundamental que las instituciones incorporen políticas y estrategias de preservación digital sostenibles.