Como asesor en materia archivística, considero que la correcta aplicación del método cronológico en la serie de correspondencia debe basarse en el orden de las fechas de emisión o creación del documento, no en el sello de recibido.

De acuerdo con el Manual de Clasificación y Ordenación Documental en los Archivos de Oficina del Archivo Nacional (2006), el método cronológico organiza los documentos según la fecha que contienen, siguiendo el orden año, mes y día, y generalmente de forma ascendente: del documento más antiguo al más reciente. Este orden permite mantener la secuencia lógica del trámite o gestión administrativa, garantizando la continuidad y coherencia de la información en el expediente.

Además, las lecturas señalan que en el caso de la correspondencia, las cartas deben mantenerse unidas a sus respuestas, y la fecha que guía la ordenación será la de la respuesta, ya que es la que refleja la acción o gestión más reciente del intercambio documental.

Por tanto, no es correcto utilizar la fecha del sello de recibido como criterio de ordenación, pues esta solo indica el momento en que el documento ingresó a la institución, y no necesariamente su fecha real de emisión o su lugar dentro del proceso administrativo.

En resumen, la correspondencia debe ordenarse por la fecha del documento o de su respuesta, en forma cronológica ascendente, asegurando así una secuencia coherente, precisa y conforme a las normas archivísticas establecidas por el Archivo Nacional.