Estoy totalmente de acuerdo con la afirmación.
En muchos entornos institucionales, la gestión documental electrónica se concentra en producir, registrar y utilizar los documentos digitales que en garantizar su preservación a largo plazo. Sin una planificación adecuada, los documentos pueden perderse, volverse inaccesibles o carecer de valor probatorio con el paso del tiempo. La preservación digital no solo implica almacenar archivos, sino asegurar su autenticidad, integridad, legibilidad y disponibilidad durante todo su ciclo de vida. Si este aspecto se descuida, las consecuencias pueden ser graves tanto para las instituciones como para la sociedad. Consecuencias de una inadecuada preservación electrónica, esta:
- Pérdida de información valiosa: documentos oficiales o históricos pueden volverse ilegibles o desaparecer por fallas tecnológicas u obsolescencia.
- Riesgo legal y administrativo: la falta de documentos auténticos y accesibles puede afectar la transparencia institucional y la rendición de cuentas.
- Desconfianza pública: si los archivos digitales no se conservan correctamente, la ciudadanía puede perder confianza en las instituciones que custodian la información.
- Costos adicionales: recuperar o reconstruir información perdida requiere tiempo, recursos y personal especializado.
La preservación debe planificarse desde la creación del documento. No basta con guardarlos en un servidor; es necesario aplicar políticas, formatos estables y copias de seguridad controladas, debemos de tener presente el riesgo de la obsolescencia tecnológica y no olvidarnos que un formato o software puede quedar inutilizable en pocos años si no se actualiza el sistema de preservación.